Orillando sus pasos al río andaba lucio cerca de aquel
maizal.
—LUCIO, LUCIO,
LUCIO— grito Pascal,
Lucio que a lo suyo
estaba, no se había de enterar, en vista de la no respuesta, Pascal decide sus pasos
apresurar, llegando
a su altura, asfixiado, frente a su amigo se ha de situar este levanta la
mirada,
mirando, pero sin
ver a su amigo Pascal.
—¿Qué pasa? Lucio, ¿a
qué tanto te has de orillar? conoces
este río cerca del maizal, sabes de su bravura, Dime ¿qué te ha de pasar?
—¡Oh! amigo, asfixiado estas, ¿qué te ocurre? ¿andas mal?
—Lucio, que tonto
estas, ya no tenemos edad ni para correr, ni para orillar,
—acercaba a la
orilla mis pasos, para la vida del agua notar, así sentir compañía en mi solitario caminar.
—Lucio, que tan
solo no estas
—Ahora el tonto
eres tu amigo Pascal, párate a reflexionar.
Lucio y Pascal se abrazan, comienzan a
llorar,
No hay comentarios:
Publicar un comentario