Me prestó atención, escucho,
buceando en mi introspección
me acerco a mi realidad
No puedo romper a llorar, tan grande fue el engaño,
te creía
mi eslabón
—¿Qué escribo? —
era lo que quería, pero sabía que no.
Me enfrento a mi espejo, mi reflejo
Burla del destino:
Atisbo que parte del problema también fui yo
Todo acabo, culpables los dos.
Navegando en mi interior encuentro una diferencia
Mi alma y corazón no juegan, no engañan
Con millones de defectos se entregan a un sincero amor
Entonces ocurre:
Caen los sutiles velos que escondían tu apariencia
Descubriendo tu cara, desnudando tu alma
mentirosa, taimada e interesada.
Me mataste ilusiones, aniquilaste mi confianza.
El rojo grana de mi corazón, palideció como la muerte
alma enfundada en saco de punzante aguijón
como las de cualquier rosa que nunca llego,
solo las espinas de la flor.
Ahora, con ellas te ensañas,
dando muerte de necesidad
a mi alma y corazón, nublando toda razón,
aseverando la creencia
—me engaño,
me utilizo, su fin era otro, no amor—
Así, presto atención,
escucho mi introspección, que me grita en silencio:
Llanto seco, grito mudo, sordo alarido,
solo por dentro
dibuja sufrimiento
dolor maldito, maldito dolor modérate atiende a tu introspección
Sabes que nunca te amo que otro interés le movió.
De una rosa jamás su capullo te ofreció, solo ahora cuando todo
acabo
hace honor destapando su verdadero yo, dando muestras de
despecho,
aclarando que por un solo interés mantuvo esa relación
Ahí, ya la muerte gano
Muerte a la confianza,
Muerte a la pasión
Muerte a la creencia.
Muerte a un futuro amor
No hay comentarios:
Publicar un comentario