SIN CONCIENCIA
Cuatro años, habían transcurrido del dramático suceso, y
apenas seis meses atrás que conseguía dormir unas horas seguidas, casi un mes
acompañaba su vigilia de sueños agradables, no esas pesadillas que no le
dejaban ni permitían olvidar aquel suceso tremendo que cambio tanto su
existencia.
Aquella mañana de domingo, cuando sonó el tintinear del
timbre de la puerta aún estaba en duermevela, ese mismo sonido apenas un mes atrás
le hubiera azotado un sobresalto, pero había construido su propia historia hacer creer a su joven conciencia que todo fue
producto del azar,
Era bisiesto, 29 de febrero, igual que el día de autos, el
timbre aporreaba sus tímpanos insistentemente, fue espabilando, agudizo el oído
se incorporó, espero no más de cinco segundo, efectivamente, llamaban a la
puerta, miro el reloj despertador sobre la mesilla de noche, las 08,00 de la
mañana, pensó en el vecino de enfrente el Sr. Tomas, su mujer Alma estaba
delicada sobremanera, la pareja era mayor no tenía hijos, asi se
las ventilaban como podían.
Atenazado por la incertidumbre con que pulsaban el botón de
la puerta, salto de la cama no paro ni a ponerse la bata, en breves segundos valoro
que la urgencia era tal que seguramente Alma necesitaba ayuda urgente.
Otro 29 de febrero cuatro años atrás, José y Victoria pasaron
la noche con un grupo de amigos recorriendo las famosas tascas de su ciudad,
situadas en un significativo barrio, donde primaba el bullicio, corría el
alcohol y todo tipo de sustancias.
En aquella época tan cercana en tiempo, ni un lustro, que él
se había encargado de distanciar convirtiéndolo en un pasado muy lejano, la personalidad
y el actuar de José distaba mucho del José actual. Era inseguro, caprichoso,
irresponsable, egoísta, parecía estar exento de conciencia, pues los
remordimientos no le acosaban por nada ni por nadie.
Aquella noche la pareja discutió, Victoria le increpaba
sobre su irresponsabilidad respecto al consumo, incluso le inquirió para tomar
un taxi de vuelta a casa, pero la prepotencia de José torno en autoritarismo tomando
el volante de su vehículo.
De tres zancadas, alcanzo la llave, la giro y bajo el pomo
la puerta se abrió rápidamente, incluso bruscamente, ante sus ojos no estaba el
Sr. Tomas, su tez palideció los músculos faciales se paralizaron, su lengua se volvió
gorda la saliva espesa, enmudeció, una sola imagen ocupo su mente, la misma imagen
que le atormento tanto tiempo.
Era ella Victoria, su cara estaba desfigurada pero estaba
viva cuatro años luchando, cuatro años de dolores insufribles, le miraba
fijamente a los ojos, el mantenía la mirada estoicamente, saco fuerzas de
flaqueza, y pronuncio su nombre
- - Victoria, Victoria, repetía una y otra vez
- - Victoria contesto – Si José, Victoria, me
abandonaste
- - Deberías estar muerta
- - Victoria contesto gritando,
- - NO, JOSÉ,
SOY VICTORIA
SOY VICTORIA
HARÉ QUE NO OLVIDES JAMÁS.
S
l
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